Reflexiones sobre la soledad


Reflexiones sobre la soledad.

Cuando estamos rodeados de personas en nuestra casa no somos conscientes de que hay personas que se encuentran solas en sus casas, tal vez enfermas, o mayores que no pueden valerse bien por sí solos.

La mayoría de las personas que estamos rodeadas de mucha gente a nuestro alrededor, ya sea en casa, en el trabajo, con los vecinos y que salimos a la compra y hablamos con alguien cada día, muchas veces necesitamos  la soledad. Pero claro, eso no es la soledad, la soledad no es estar solo media hora o cuatro horas. No. La soledad es estar realmente solo, no solamente esas tres horas en las que tú piensas que estás tranquilo, que puedes ver la película que tú quieres o que puedes hablar tranquilamente con un amigo sin que nadie te interrumpa.

La soledad es algo más duro. La soledad es levantarte cada día sin que nadie esté a tu lado para decirte buenos días, la soledad es estar enfermo y quedarte metido en la cama y ni siquiera llamar al médico para que venga a verte porque no hay nadie que pueda abrir la puerta para que entre el médico. La soledad es tener vecinos a los que has querido y que ni siquiera llamen a tu puerta o a tu teléfono para preguntarte qué tal estás porque temen que les digas que no te encuentras bien y prefieren no saber nada. La soledad es que tus hijos te llamen para preguntarte que tal estás y aunque les digas que no te encuentras bien te digan que eso no es nada y que descanses que mañana será otro día. La soledad es el desamparo de cualquier ser humano y es muy difícil ser consciente de ello cuando tú te sientes acompañado y cansado de tener tanta gente alrededor y lo que quieres es tener un poquito de soledad para ti sólo y hacer lo que te dé la gana en ese ratito.

Pero repito, ese ratito al que llamamos soledad, no es soledad, es tranquilidad, es ocio, es lo que quieras que sea menos soledad.

La soledad sólo la siente el que la padece, sí, el que la padece. La soledad en su cruda realidad se padece, no se disfruta y lo que queremos la mayoría de las personas, ese ratito de estar solos no es soledad, porque eso se disfruta y eso es estar solos un ratito, no es vivir en soledad.

Hay muchas personas en este mundo que no tienen nadie de familia y viven en la más cruda soledad y también hay personas que tienen familia, tienen hijos, nietos, y también viven en total soledad la mayor parte del tiempo y esas personas  cuando reciben a sus hijos en casa son felices, pero a veces los hijos son demasiado egoístas y lo único que hacen es contarle sus problemas con lo cual ese momento de felicidad se enturbia con los problemas de los hijos que no saben morderse la lengua y como son egoístas, en algunos casos, pues cuentan sus problemas para que su padre o su madre no le cuente los suyos.

Y cuando ese padre o madre se queda solo, en ese momento vuelve a vivir su cruda soledad y acrecentado por el problema que le ha contado su hijo, y entonces empieza a darle vueltas a la cabeza para ver si puede ayudar a su hijo de alguna manera y facilitarle la vida, cuando su hijo lo que ha hecho es amargarle el día.

Yo he conocido casos de estos y es muy triste que una persona mayor que viva en soledad y con problemas de salud tenga que soportar que algún hijo le cuente o le cree problemas que no debería tener nunca.

Hay que aprender a ser más generoso y empatizar con el otro en su soledad, porque la soledad hace que uno se sienta desprotegido, frágil, que sienta que su vida en cualquier momento se puede apagar estando en soledad.

En este mundo en que vivimos actualmente con esta vorágine de ir de un lado a otro corriendo, muchas veces nos olvidamos de lo que más importa que son las relaciones humanas y que si tenemos un familiar que vive en soledad lo más bonito es ir a visitarle y alegrarle el día, y llamarle, y hablar con esa persona en positivo, y si necesita algo ayudarle, si hay que hacer la compra pues hacérsela, y si hay que llevarle al médico pues llevarle. Eso al final hará que nosotros también seamos felices, porque cuando hacemos feliz a alguien, estamos haciéndonos felices a nosotros mismos.

Paz y luz.

5 comentarios sobre “Reflexiones sobre la soledad

  • el abril 24, 2017 a las 3:38 pm
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    Efectivamente la soledad,querida y deseada, puede y de hecho es buena.
    El problema se produce cuando la soledad es obligada, no deseada y aceptada a pesar de que podía dejar de ser soledad.

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  • el mayo 11, 2018 a las 11:33 am
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    Es triste, pero vivimos en la era de la soledad que está causada por un racionalismo materialista que lo envuelve y atrapa todo, que es como una losa que nos cae encima sin avisar y nos deja destrozados. Con una conveniencia absoluta de hacer lo que se antoje a cada uno sin tener escrúpulos, apoyado en la libertad individual como fin supremos por encima de los valores éticos. Es como si todos se doblegasen a lo que tienen en el ahora, porque no les queda otro remedio, tan sólo por esa razón lo aceptan, pero con las vistas puestas en algo superior, como un estado permanente precario y temporal, donde lo que sea sirve por el momento, pero a su vez carece de valor definitivo, con una inestabilidad e inseguridad insoportable.

    De tal manera que en algunos momentos me da por pensar que lo mejor sería no relacionarse demasiado con gente nueva desconocida, para no exponerse excesivamente a que nos conozcan demasiado, y de esa forma no arriesgarse a que nos desprecien por saber nuestras intimidades y flaquezas, para que luego nos menoscaben. Al cabo y al fin, lo bueno de la libertad es que carece de reglas fijas, cada uno se las crea así mismo, ya que a lo que a unos les emociona a otros les recochinea.

    No veo el pesimismo por ningún lado en mi texto, es una reflexión sobre la soledad, nada más. Hay casi seis millones de personas viviendo solas en el Estado español, sobre todo en las grandes ciudades, de las que la mayoría no han elegido su soledad, solamente la vida se lo ha impuesto sin pedirles opinión, por viudedad, por orfandad o por una separación conyugal por decisión propia o ajena, pero muchas veces es mejor estar solo que mal acompañado. Lo ideal es la compañía buena, pero no depende únicamente de nosotros mismos, tiene que haber otra persona que quiera estar a nuestro lado, no siendo siempre fácil o posible. En ocasiones la soledad es una bendición.

    No es lo mismo la soledad que vivir solo, ni tampoco sentirse uno solo con ser una persona solitaria, porque la soledad es bastante peligrosa para las mentes que no son muy fuertes, y que piensan demasiado como la mía, ya que precisamos ver a nuestro alrededor personas que piensen y hablen con nosotros, pero tampoco hay tantas personas que tengan algo interesante que decirnos, y cuando estamos más tiempo de la cuenta solos, creamos duendes en el vacío con los que comunicarnos. A mí me gusta a veces estar sin tener nadie a mi lado, lo busco adrede, pero no que sea una imposición, sino como una elección mía placentera y libre. Elijo a veces estar en soledad para evitar apechugar con las vicisitudes y las congojas ajenas, porque soporto mejor mi propio dolor que el ajeno.

    Quienes no saben o no puede estar solos acaban siendo dependientes de otras personas que a veces son dañinas para su bienestar tanto psicológico, económico y social. De esta forma jamás aprenderán a ser libres, y por lo tanto, nunca lograrán la verdadera felicidad, y en el peor de los casos terminarán dependendiendo emocionalmente de otros… Pero si consiguen encontrar satisfacciones en la soledad, se convertirán en seres mucho más fuertes emocionalmente.

    Uno de los mayores problemas que tienen las personas es que no pueden soportar la verdad y la soledad, debido a que en el sistema nos educan a ser dependientes de otros, a crear nuestras verdades a medida, a estar siempre con alguien para sentirnos felices y a gusto, a que nos den la razón, porque no sabemos qué hacer si no tenemos a alguien con quien estar, y eso nos conduce a tener que soportar y caer en multitud de tretas ocasionadas por esa necesidad, de cubrir esa carencia que tenemos que buscar en gente extraña, con todo el grave peligro que tiene eso.

    Hay demasiada soledad en la sociedad actual, de personas que son fracasadas y abandonadas, que tienen mucho miedo a relacionarse, y que intentan reconstruir su vida después de una ruptura sentimental sin conseguirlo, la mayoría de las veces traumática. Existe un cierto pudor para aceptar la soledad, porque es duro de vivir con nosotros mismos solos, no sabemos convivir sin compañía y nos deprimimos, no lo hemos aprendido, ni con los padres ni en la escuela. Por no saber sobrevivir a la rutina, al tedio y a la repetición, por lo que es preciso saber cambiar de costumbres continuamente, aunque se hagan las mismas cosas, hay que procurar hacerlas de diferente manera y novedosamente. Se puede ser feliz en soledad, pero necesitas tener una inteligencia muy desarrollada.

    ARTURO KORTAZAR AZPILIKUETA MARTIKORENA©

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    • el abril 11, 2020 a las 10:15 am
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      Hola Arturo,
      Tienes razón en que hay mucha soledad en las personas actualmente, personas mayores que viven solas, jóvenes que tratan de buscarse la vida viviendo lejos de sus padres solos o en pisos compartidos, que viene a ser lo mismo, solos, mujeres y hombres separados, divorciados, solteros, casados que viven en familia y al mismo tiempo en soledad, esto es infinito.
      Siempre hay que tener esperanza. porque si tú quieres relacionarte con alguien, y encuentras a esa persona con la que quieres relacionarte y luego por el motivo que sea, las cosas no salen bien, pues habrá que volver a empezar.
      Nunca hay que dejar de ser uno mismo, con nuestros defectos y nuestras virtudes, y el que quiera que nos acepte y el que no quiera pues que no nos acepte.
      Yo creo que no hay que tratar de ser como quieren que seamos, no, hay que ser siempre uno mismo y disfrutar con lo poco o mucho que tenemos. A veces pensamos que no tenemos nada, y no, nos tenemos a nosotros mismos, que es lo más importante y a partir de ahí podemos expandirnos al mundo exterior, y decir «aquí estoy yo» y el que quiera que nos acepte, y el que no, pues él o ella se lo pierde.
      El dolor hay que echarlo fuera, limpiar las heridas, sanar el espíritu, y si hay que vivir en soledad toda la vida pues empezar a disfrutarla, quién sabe, a lo mejor cuando empecemos a aprender a disfrutar de lo que tenemos, aunque sea poco, empezamos a liberarnos de nuestros propios dolores y también de los dolores que nos transmiten los demás.

      Espero y deseo Arturo que encuentres tu camino y seas muy FELIZ solo o acompañado.

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  • el mayo 11, 2018 a las 11:36 am
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    Existen muchas personas que son incapaces de salir solos a los sitios, más que al supermercado cerca de su casa a comprar la comida, ni para tomar un simple café en el bar de la esquina siquiera, ni para ver una película en un cine, y mucho menos para pasar unas vacaciones fuera del hogar, en la playa o en la montaña durante varios días seguidos. Es porque las cosas se disfrutan cuando tienes una buena compañía con la que compartes lo que haces, y a veces eso no depende ti solamente, debes tener suerte para dar con alguien que merezca la pena, es decir, cuando percibes que quien está contigo está a gusto a tu lado, y en consecuencia tú mismo eres feliz. La felicidad está en compartir.

    ¿Qué aliciente tiene estar en un hotel y pasarte todas las vacaciones comiendo solo en el restaurante sin tener con quien hablar durante la velada, o en la playa tumbado sobre una toalla sin comentar todo lo que ves, lo que te parece bonito e interesante? Ninguno. Hay gente valiente que se va sola a la aventura a viajes organizados, son los menos, incluso muy lejos a países exóticos, que busca programas de grupo para entablar amistad con desconocidos, es una lotería, una apuesta peligrosa porque tienes que estar mendigando compañía y conversación con extraños, y te arriesgas a no encontrar a nadie que quiera pasar las horas dándote palique. Un individuo solo se ve como alguien raro, los demás se dicen que si está solo por algo será. Por eso personas que están solas, terminan no yendo a ningún sitio, conozco bastante gente así, aunque tengan medios económicos para viajar por todo el mundo. Es triste esta realidad, pero ocurre así.

    Recuerdo el caso de mi madre que se estuvo hace unos años de vacaciones con la tercera edad, durante los programas de invierno a un hotel en Ibiza del Inserso, en temporada baja, con una persona que la consideraba su amiga, y luego cuando llegó al hotel durante 15 días, su acompañante femenina, se enrrolló con hombre mayor que conoció en hotel, yéndose con él todo el rato, y dejando a mi madre sola durante todo el día, sin saber qué hacer ni con quien ir, hasta que llegaba la supuesta amiga a la habitación por la noche a dormir. Fue una marranada que mi progenitora jamás olvidará, porque las pasó canutas durante ese tiempo, mendigando con otros desconocidos, que la dejaran estar comiendo o hablando. Evidentemente no volvió a relacionarse con ella jamás. Como si la gente estuviera a la expectativa para hacerte daño gratuitamente sin razón ni causa, a la espera que tuvieras una bajada de guardia para hacertelo. Porque si vas con una persona no la puedes dejar tirada, eso no se hace, es una guarrería inadmisible.

    Es como si la compañía tuviera un precio que habría que pagar siempre, así que la compañía como todo, no se valora hasta que no se tiene y se pierde.

    ARTURO KORTAZAR AZPILIKUETA MARTIKORENA©

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    • el abril 11, 2020 a las 9:32 am
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      Hola Arturo, desde mi punto de vista, planteas dos situaciones, una es la de la persona que vive en soledad y además es tímida y le cuesta salir a cualquier sitio sola, incluso a comprar, eso ya sería un problema de timidez que tendría que superar.
      La otra cuestión es de una persona que está sola, tu madre, y se va con una amiga a un viaje del Inserso y la amiga la deja plantada por un señor y no la ve nada más que por la noche a la hora de dormir. A eso se llama falta de empatía porque deja sola a una persona que entiendo que de alguna manera han pactado ir juntas a ese viaje. Esa situación puede ser muy desalentadora para una persona que se supone que es su amiga, pero si lo miramos en positivo saca varias enseñanzas de ello.
      Por una parte la enseñanza sería que no hay que depender de nadie para nada en ningún momento, ni en viajes, ni en comidas, ni en compras, en nada, siempre hay que tratar de hacerlo todo sólo, y si puede ser en compañía mejor, pero primero pensar en hacerlo sólo sin dependencia de nadie, ni de nada.
      Segundo y también importante es que en esa situación se le presenta la oportunidad de conocer a otras personas, que a lo mejor yendo en compañía de su amiga no las habría podido conocer.
      Lo que dices de mendigar compañía para sentarse en la mesa a comer o cenar, yo no lo veo así, yo creo más en la oportunidad de conocer a otras personas, que seguro que también quieren hacer amistades, unas veces serán continuadas en el tiempo y otras solo del tiempo que dure el viaje, pero eso siempre es enriquecedor.
      Y la otra enseñanza es que la amiga que tu madre creía amiga, no era tal amiga, porque aunque conozca a un señor con el que se sienta muy a gusto podría empatizar un poco con tu madre y haber ido los tres juntos. Pero bueno, tampoco podemos juzgarla, no sabemos qué le pasó pero tu madre descubrió que su amiga no cubrió sus necesidades como tal en ese viaje, con lo que aprendió que hay que elegir mejor las amistades.
      Tú me dirás que a ti qué te importa lo que pueda aprender, que lo que querías es que disfrutara el viaje que terminó siendo un suplicio para ella, y yo te entiendo, pero a lo mejor conoció a otras personas con las que estuvo a gusto en ese momento y pudo disfrutar un poco, aunque no fuera con su amiga, ni fuera lo que ella hubiera deseado.

      Un saludo

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